Peter entró en casa ante la atenta mirada de Morgan. Los ojos del chico recorieron toda la estancia hasta que estos repararon en Morgan. Peter se acercó y extendió su mano hacia Morgan.
_ No nos han presentado bien _ dijo _ soy Peter, Peter Parker.
_ Me presentaría, pero ya te sabes mi nombre y apellido así que es evidente que ya sabes quién soy. _ respondió Morgan mientras le estrechaba la mano.
Pepper salió de la habitación y cerró la puerta con la esperanza de que a Morgan le cayera bien Peter. Desde que Tony murió su hija no se ha relacionado con nadie, es más, Morgan tiene la costumbre de espantar a todas las personas que se le acercan. Para ella es un método de protección, su armadura, su manera de asegurarse de que nadie le volviera a hacer daño otra vez. Pero al mismo tiempo, es la manera de aislarse de la sociedad, y aunque a veces la soledad está bien, pasarte diez años encerrada en un casa no es una buena solución.
_ Y... dime, de que conocías a mi padre _ preguntó Morgan sentándose en la mesa del comedor.
_ Pues... Eh... Del trabajo _ respondió Peter sentándose en frente de ella.
_ ¿Eres un Vengador? _ preguntó con un índice de odio en su voz.
Peter abrió los ojos sorprendido, no esperaba que Morgan tuviera esa información. Conociendo a Stark, Peter se esperaba que se lo hubiera ocultado todo a su hija. Morgan notó la reacción de Peter y tomando un sorbo de su café dijo:
_ Sorpresa, sorpresa...
Peter sonrió. Cuanto más tiempo pasaba con ella, más le recordaba a Tony. Morgan era como una versión más pequeña de Tony pero con el mismo genio de Pepper.
_ Sí, lo soy. De echo, fue tu padre quién me hizo formar parte.
_ Vaya... Qué honor _ dijo Morgan indiferente.
_ ¿Qué ocurre? _ preguntó Peter. Morgan, que en ese momento estaba jugando con la cucharilla del café, levantó la vista aturdida. No estaba acostumbrada a que la gente preguntara cómo estaba.
_ ¿A mí? Muchas cosas, pero para empezar: yo no estaría orgullosa de ser un vengador. Sí, muy heroicos y muy famosos pero ser bueno con los demás no te lleva a nada. Los proteges, luchas por ellos... Te sacrificas. Pero la gente nunca te lo agradece. Mira a mi padre. Dio su vida para salvarlos y aún así el mundo sige lleno de personas que se esfuerzan por crear el caos.
_ Si lo miras de ese modo... Tienes razón, pero ayudar a los demás tiene muchas más ventajas que desventajas. Y pues claro que siempre va a ver personas que estén en tu contra pero, ese es un motivo más para luchar. Para darles en los morros y decir: "He ganado, y vosotros habéis vuelto a perder". Porque si el mal no existiera, tampoco habría gente buena para combatirlo, ¿no crees?