El ambiente en casa de Morgan estaba muy tenso, pese a los constantes intentos de Pepper, por rebajarlo. Al fin, la madre de Morgan decidió dejar de hacer como si no pasara nada. Ambas sabían el día que era pero ninguna había dicho nada al respecto, hasta ahora. _ Morgan, ¿sabes que hoy...? _ Sí _ la interrumpió Morgan. Pepper soltó un suspiro. Desde que su marido murió, la comunicación con su hija había sido muy difícil, pero hoy lo era aún más. De repente, la mente de Pepper se iluminó y subió disimuladamente a su habitación, dejando a su hija sola en la cocina. Cuando ésta volvió, Morgan estaba lavando las tazas en el fregadero y su madre se acercó a ella. Morgan la miró extrañada, pues su madre tenía el brazo extendido hacia ella con un sobre en blanco de la mano. _ ¿Qué es esto? _ preguntó. _ Es para tí. El día del funeral de tu padre subí a nuestra... a mí habitación y lo encontré en la almohada, al lado de una nota: "Dáselo cuando lo necesite" ponía. Era la letra de tu padre _ aclaró Pepper. Morgan cogió el sobre y lo abrió. Dentro había un papelito con varios números. _ Es un número de teléfono _ dijo Pepper _ tal vez deberíamos llamar. _ Qué gran idea _ ironizó Morgan mientras hacía una bolita con el papel y lo tiraba a la basura. Cuando ella salió de la habitación, su madre se agachó, cogió el papel de la papelera y si se lo guardo en el bolsillo sin que Morgan la viera.