Al día siguiente, elaboraron el plan. En contra de su opinión, Albus, James y Lily se quedaron en casa, mientras Ginny, Minny, Dominique, Teddy, Belén y Victoire hacían cada uno su parte. Todos se habían aprendido un hechizo, sin necesidad de una varita, para identificar a cada una de las personas que se encontraran. Teddy y Victoire fingieron ser guardias de seguridad, y se colocaron en la entrada del ministerio para identificar a todas las personas que entraran, Ginny y Dominique se encargaron de reconocer a las personas que ya estaban dentro, en la primera planta, y Minny y Belén, de identificar a las personas que estuvieran en la segunda. Era una tarea difícil, ya que el ministerio era un lugar muy concurrido y grande, pero, para sorpresa de todos, después de unas horas, Minny y Belén encontraron a dos personas, las cuales, anteriormente, fueron juzgadas por servir a Voldemort.
_ ¿Que hacemos?¿Les atacamos? _ preguntó Minny, mientras ella y Belén seguían, disimuladamente, a los dos individuos.
_ No, ellos deben disparar primero, si lo hacemos nosotras, aparentemente sin ninguna razón, nos detendrán. Las leyes mágicas establecen que en caso de duelo, la persona que ataca primero es culpable, y la segunda persona tiene derecho a devolver el ataque en caso de que vea peligrar su vida _ dijo Belén.
_ ¿Quién se sabe las leyes mágicas?
_ Yo.
Los dos hombres, torcieron la esquina, y Minny y Belén hicieron lo mismo, pero después de girar, los perdieron de vista, no consiguieron identificarlos entre la multitud y cuando estaban a punto de darlos por perdidos, notaron que algo les golpeaba por la espalda y les inundaba por dentro. Antes de poder darse la vuelta, para comprobar de dónde venía esa sensación, todo frente a ellas se volvió negro, oscuro, silencioso y vacío.