Ginny, las chicas y Teddy ayudaron a entrar en casa a Albus, James y Lily, quiénes estaban traumatizados, y ellos explicaron:
_ Estábamos en casa cuando un humo negro entró por la ventana _ dijo James.
_ El humo se paró frente a nosotros, luego se disipó y aparecieron unas personas con túnicas negras y mascaras plateadas _ siguió Albus.
_ Antes de que les diera tiempo a vernos, papá nos hizo aparecer aquí y nos dijo que nos escondiéramos _ explicó Lily.
_ Por suerte no nos cogieron, pero pudimos ver desde la ventana que se lo llevaban _ dijo James _ y no sabemos a dónde.
Se podía notar la preocupación en el rostro de todos, especialmente en el de Minny, la cual se preocupó aún más cuando su madre cogió una pequeña bola de cristal para a hablar con Hermione.
_ Siento que sea yo la que tenga que decirte esto Gin, pero me acaban de comunicar que los mortífagos han entrado en el ministerio, y... _ hubo un silencio _ Audent ha escapado.
Por un momento todos se quedaron inmóviles; después de unos segundos, Minny sacudió la cabeza, apagó la bola de cristal y dijo:
_ Ahora no podemos pensar en eso, tenemos que ayudar a papá.
_ Porque no se lo has dicho a Hermione, es la ministra de magia, podría haber mandado a una brigada de Aurores a buscarle _ dijo Ginny.
_ ¿No lo entiendes mamá? El ministerio es el lugar más protegido y seguro de toda Inglaterra, si los mortífagos han conseguido entrar, será porque hay infiltrados que les han colado _ Ginny miró a su hija con inseguridad y Belén intervino.
_ He servido de espía para el ministerio muchas veces, y en la mayoría de las misiones en las que teníamos que colarnos en algún lugar utilizábamos ese protocolo.
_ Entonces, ¿crees que realmente hay infiltrados en el ministerio? _ preguntó Teddy, Belén asintió.
_ En ese caso, estamos solos _ dijo Minny.