A la mañana siguiente, Minny, Belén y Dominique se levantaron las primeras. Para Minny y para Dominique era difícil dormir sabiendo lo que le había ocurrido a una persona cercana ellas, Harry. Sin embargo, Belén ya estaba acostumbrada a estas situaciones y ella se comportaba como de costumbre. Eran las cinco de la mañana cuando las chicas se levantaron. Estaban muy cansadas y, sobre todo Minny, preocupadas.
_ Buenos días _ dijo Belén cuando Minny y Dominique se levantaron.
_ ¿Cuánto tiempo llevas despierta? _ le preguntó Minny mientras se desperezaba.
_ Toda la noche _ respondió ella. A Minny y Dominique se le pusieron los ojos como platos, así que Belén se apresuró a explicarse _ ¿Alguien tenía que hacer guardia, no? Puf... ¡Qué principiantes!
Las tres chicas se echaron a reír y, por primera vez en toda la noche, Minny se sintió calmada y agusto. Pero, justo en ese instante, se oyó cómo alguien llamaba a la puerta y las tres pegaron un brinco.
_ ¿Estáis despiertas? _ preguntó la voz de Dylan desde el otro lado de la puerta. Las chicas abrieron la puerta y se reunieron con Dylan.
_ Sí, ya vamos, solo nos queda coger algo para desayunar _ dijo Minny, Dylan la miró extrañado.
_ ¿Para desayunar? No tenemos dinero para pagar el desayuno.
Minny entró de nuevo en la habitación se agachó frente a la neverita y sacó de ella cuatro bocadillos. Mientras le daba, con ímpetu, un mordisco a uno aclaró:
_ Nadie a dicho que lo fuéramos a pagar.
Dicho esto, repartió los bocadillos, salió de la habitación y cerró la puerta con la llave.