Minny estaba inmóvil, Belén sollozaba, con la cabeza agachada, y ninguna de las dos sabía que decir.
_ Yo... Yo... No tenía ni idea... _ empezó a decir Minny, Belén levantó la cabeza y puso los ojos como platos _ Imagino que ha sido difícil _ siguió Minny al ver su reacción. Iba a seguir hablando cuando Belén la interrumpió.
_ No, no es eso... ¡Mira! _ dijo señalando al frente _ Los mortífagos... ¡Están escapando!
Minny miró al punto que Belén señalaba. Frente a ella, los dos hombres sospechosos corrían, a varios metros de ellas, empujando a la gente que chocaba contra ellos. Minny y Belén salieron corriendo tras ellos, con las varitas en alto.
_ ¿Cómo ha pasado? _ preguntó Minny.
_ Nos han enseñado mis recuerdos para distraernos y escapar.
_ Entonces, si ya nos han atacado, ¿podremos contratacar, no?
_ Podemos, pero aunque lo hiciéramos, nuestros hechizos no les alcanzarían, están demasiado lejos _ dijo Belén mientras Minny colocaba su varita tras ellas _ ¿Qué haces? _ preguntó.
_ Si no podemos alcanzarles con hechizos, tendremos que acercarnos con hechizos _ dijo Minny _ ¡Impulso!
Unas chispas salieron de la varita de Minny, y como si una persona con la fuerza de una excavadora les hubiera dado una patada, salieron propulsadas y cayeron justo encima de los mortífagos.
_ No había otro hechizo menos doloroso _ dijo Belén retorciéndose. Y mientras se levantaban, una voz gritó:
_ ¡Petrificus Totalum! _ Belén y Minny levantaron la vista y vieron a Victoire y a Teddy con la varita apuntando hacia los mortífagos, los cuales estaban rígidos en el suelo