Un día común, Charles Deverill y Jhon Bones (estudiantes de Slytherin de cuarto año) perseguían a Mary Vance (chica mitad mago mitad enano Hufflepuff de primer año) pues querían probar en ella algunos hechizos recién aprendidos en la clase de Magia Oscura, la chica desesperada y cansada de correr con sus cortas piernitas quedó atrapada en un camino sin salida, los sádicos chicos de Slytherin al mirarse que la tenían acorralada reían y disfrutaban pensando en la tortura que le esperaba a la joven, Deverill y Bones la apuntaron con sus varitas y ella se cubrió el rostro con sus pequeñas manos y su abundante cabellera rojiza, en eso se escuchó el encantamiento “Incarcerous”, Vance miró al suelo y allí se encontraban Deverill y Bones atados, “Levicorpus” y ambos chicos flotaron en el aire cabeza abajo, entonces Vance divisó incrédula con sus ojos azules a su salvador, un muchacho de estatura promedio, mirada seria, cabellera negra y larga hasta la espalda media, ojos obscuros como la noche y piel blanca como la nieve, era el famoso chico de tercer grado de Slytherin, aquel con fama de ser tan temible como el mismo Señor Tenebroso, ella no lo podía creer “¿Por qué… por qué él me salva?... Acaso… ¿Acaso me espera algo peor?”; Henrich no le dirigió una palabra, “Confundus”, Ludwig hizo que la chica se mareara al punto de quedar desmayada y luego con “obliviate” hizo que los tres olvidaran todo, Mary no recordaría quien la salvó mientras Charles y Jhon olvidarían su frustrada persecución tras la pequeña chica de Hufflepuff. Mary Vance no podía recordar nada de lo que había sucedido, pero por alguna extraña razón ya no sentía miedo cuando veía a Henrich pese a que su imponente mascota Bastian se la podía tragar de un solo bocado.