El tercer año se avecinaba y los mortífagos ocupaban cargos importantes en el Ministerio de Magia dándoles mucho poder para controlar Gran Bretaña, pero había una cosa por hacer para consolidar la posición de Lord Voldemort y se trataba de Harry Potter, muchos mortífagos fueron convocados para una redada que tenía como fin acabar con “el elegido”, Ludwig Henrich y Vladimir Bloodstain se encontraban sobre sus escobas escondidos entre las nubes esperando cuando de pronto aparecieron, unos 5 Harry’s custodiados todos tomaron en diferentes direcciones al topar de frente contra el banco de mortífagos que atacaban sin cesar…
Vladimir: ¡Hay varios! ¿Qué hacemos?
Ludwig: Adivinar, sigamos a alguno y procuremos hacer una buena persecución.
Bloodstain siguió al Harry que montaba un Thestral junto a Bill Weasley mientras que Henrich siguió a otro Harry que volaba en escoba junto a Arthur Weasley, ambos disparaban con sus varitas proponiéndose fallar y cuando se daba la oportunidad derribaban a algún mortífago para ayudar en el escape de Harry Potter, Ludwig los perdió de vista porque no era tan bueno volando mientras que Vladimir siguió de cerca el Thestral pero cuando era el único mortífago en persecución simplemente se detuvo y lo dejó escapar. Lord Voldemort estaba furioso porque estuvo cerca de derrotar a Harry Potter pero la varita de Lucius Malfoy no fue lo suficientemente poderosa, el plan seguía en marcha, El Ministerio de Magia cayó en dominio absoluto de los mortífagos y empezaron una cacería abierta contra los sangre sucias, además nombraron al Señor Severus Snape como nuevo Director de Hogwarts. Durante la redada que realizaron en la boda de Bill Weasley y Fleur de la Court el caos fue increíble, poco o nada pudieron hacer Henrich y Bloodstain para ayudar a Harry Potter y su preocupación era grande pues veían cómo El Señor Tenebroso se iba saliendo con las suyas.